VI SALÓN INTERNACIONAL DEL CÓMIC DE HUELVA

Cuando asistí como visitante a mi primer salón del cómic de Huelva, en su edición de 2009, fui como veterano-aficionado-vecino y amigo que se pasa por allí a ver que tal van las cosas por el mundillo del tebeo, allí estaba mi coleguilla Kenny, ya hecho un hombre y ganándose la vida con el cómic francés a tope, que me recordó lo dormidos que algunos nos habíamos quedado en el camino. Tenía toda la razón, llevaba una década estancado en una tira cómica que apenas me proporcionaba seguridad para pagar cuatro facturas... El caso es que la visita me cambió el chip como nada te cambia, salvo tu propia visión de los tres fantasmas de Scrooge: el espíritu del pasado, que te recuerda lo que ya has olvidado y todo lo que has dejado pasar, el espíritu del presente, que te enseña lo que hacen los demás y lo que no haces tu... y el fantasma del futuro, que te anuncia como puedes acabar si no cambias las tornas... pues bien, regresé de Huelva, comido y bebido, y lo primero que hice fue llamar a mi viejo amigo El Torres, del que hacía tiempo oía insistentes rumores sobre su meteórica y fructífera carrera americana: "Juan, te necesito..." Solamente bastó una llamada para que el colega me buscara trabajo de debajo las piedras, como se dice, y en unos meses, ya tenía una proposición decente por parte de Norma para que hiciéramos "una novela gráfica sobre García Lorca", pero eso, ya es otra historia... Este año, he vuelto al salón del cómic de Huelva como veterano-autor-vecino y sobre todo amigo, de Gerardo y Ciro Macías, que me han tratado como sólo te tratan y te cuidan en los mejores salones y eventos de España, con cariño, amistad profunda, buena comida y buena bebida. Firmé todo lo que pude en los stands, me divertí a lo grande con los buenos amigos que allí nos reunimos, y sobre todo, renové los votos que hice en 2009, de seguir en esto y persistir en lo único que vale la pena de este negocio: la gente y los amigos que te encuentras cada año... Gracias Huelva